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¿Vender?
La realidad que estamos viviendo ha cambiado nuestra forma de ser. Nuestra forma de relacionarnos se ha tenido que adaptar al distanciamiento. Nuestras gestiones diarias ya no resultan tan llevaderas, todo requiere más paciencia. Y en un momento en el que el tiempo es oro, pedirnos tiempo y paciencia para realizar nuestras acciones más cotidianas resulta estresante. Lo queremos todo ahora.
Esta forma de entender el ritmo diario es el que hace que empresas como Amazon dupliquen sus beneficios hoy en día, mientras que el negocio tradicional se ve aislado, degradado a un segundo plano. Es más fácil hacer un par de clicks desde el sofá de casa y esperar a que llegue mi pedido, que desplazarnos hasta la tienda del barrio, en la que vamos a tener que esperar en la calle porque el aforo no permite que entremos.
Quizás el problema es que nos estamos centrando sólo en vender y ahora esa idea ya no vale. El punto de mira no es nuestra venta, nuestro producto. El foco está en nuestro cliente.
Vender en estos tiempos se ha convertido en todo un logro. No es sólo que las restricciones afecten a nuestro negocio, es que la situación afecta a la economía de nuestros clientes. Y encontrar la fórmula para escapar de este círculo requiere de astucia y mucha, mucha suerte.
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Si nuestro negocio ha vivido una adaptación digital, si tenemos página web y perfiles sociales actualizados y hemos trabajado nuestro seo y nuestros contenidos, deberemos ahora enfocar todos nuestros esfuerzos en llegar a nuestros clientes. Pero si no lo hemos hecho partimos de cero. Si nuestra web, perfiles o demás recursos digitales están abandonados porque no les hemos dado la importancia que requieren tenemos trabajo. Y si nunca nos hemos interesado por entrar en la era digital más aún.
Tener una tienda física supone trabajo y esfuerzo. Tener una tienda virtual también. Estamos acostumbrados a que nuestros clientes pasan por la calle, ven nuestra tienda y entran. Les puede gustar el escaparate, o alguien les ha hablado bien de nuestros productos, o son clientes de toda la vida, más amigos que público objetivo. Nuestra clientela física se fideliza con los años, con el trato, con el trabajo diario. Nuestro cliente virtual también, sólo tenemos que adaptar los medios.
Si queremos llegar a vender tenemos que aprender y aceptar que debemos digitalizarnos. Debemos estudiar nuestras posibilidades, nuestro entorno y a nuestro cliente, sobre todo a nuestro cliente, y buscar aquellas fórmulas que nos hagan llegar a él.
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Fotografías gracias a: jannoon028 y jcomp – www.freepik.es[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]